La pérdida de aspecto por agresión medioambiental, sobre todo en el espacio urbano, y la diversidad de la oferta, en el contexto de una comercialización mundial que ha hecho accesible la provisión de piedra de orígenes y características muy diferentes, hacen necesaria una caracterización tecnológica mínima para asegurar el buen comportamiento en el tiempo.
Además, los conglomerados de piedra natural con cemento (el terrazo tradicional) compiten por precio y variedad de la oferta con una amplia gama de aglomerados sintéticos de piedra que consienten baldosas de reducido espesor y precisión dimensional pero que presentan características muy alejadas de los materiales naturales y conglomerados de cemento, respecto al coeficiente de dilatación térmica lineal, resistencia a los cambios bruscos de temperatura y a la acción de la luz solar y comportamiento frente al calor y el fuego.
En los aplacados bajo la modalidad de envolvente transventilada es el proyectista quien debe fijar las características técnicas de la piedra a utilizar, los sistemas de anclaje con o sin estructura auxiliar y los detalles constructivos que prevean entregas y el comportamiento de la fachada bajo las condiciones climáticas y de funcionamiento del edificio previstas.
Sin embargo, los proyectos de interior, especialmente en viviendas, no suelen acompañarse de una memoria técnica que recoja las características técnicas de los materiales a utilizar en función del lugar de destino y modalidad de instalación.
Si hay que ofrecer un servicio de asesoría desde la comercialización conviene tener una información básica que posibilite, al igual que en las baldosas cerámicas:
- Conocer las características de los materiales
- Asociar esas características a las prestaciones exigibles en el lugar de destino
- Recomendar unos materiales y una técnica de instalación en función de los dos puntos anteriores
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