El terrazo, como conglomerado de piedra natural, ha presentado una competencia frontal tanto frente a la baldosa cerámica como frente a la piedra natural, sobre todo en solados.
No sólo ha sido el factor precio de adquisición determinante para esa competencia, sino también la facilidad y economía de instalación lo que le llevan al éxito comercial.
En los últimos años, consecuencia del empuje del solado cerámico, la recuperación de la piedra natural y la cada vez más amplia oferta de aglomerados sintéticos de piedra natural, la industria del terrazo ha especializado su fabricación, introduciendo mejoras técnicas y una mayor variedad de acabados, en cuanto a color de fondo, tamaño de grano y relieves en la cara vista.
Además, el terrazo dispone de normativa actual para su encuadramiento tecnológico, tanto en aplicaciones de interior como exteriores.
Representa una opción atractiva por su economía y ausencia de problemas en la colocación.
Los tratamientos mecánicos (pulido y abrillantado) y químicos (sellado, abrillantado y acristalado) suponen un valor añadido a la variedad de acabados salidos de fábrica.
El terrazo es un material rígido modular a base de piedra troceada, cemento y árido, también denominado conglomerado de piedra natural, que se fabrica en proceso industrial (por compresión, vibración, moldeo o vacío, y posterior corte según formato).
Se les aplican las normas EN 13748-1 (2005) y EN 13748-2 (2005) según el destino de las baldosas, interior o exterior respectivamente.
En su fabricación se emplean cemento (gris o blanco), áridos de diferente granulometría, piedra natural troceada de diferente tamaño de grano, agua de amasado, aditivos y adiciones (rellenos minerales, pigmentos y polímeros). Se oferta gran variedad de acabados por color, tamaño del troceado de piedra y textura de la superficie vista (llamada huella). También baldosas en relieve.
Pueden comercializarse, sin tratamientos posteriores a la fabricación, someterse a pulido mecánico parcial u otros tratamientos mecánicos (por ejemplo, granallado), o suministrarse con imprimaciones de protección.
Los formatos habituales oscilan entre el 25 x 25 cm y el 40 x 40 cm, aunque también se comercializan formatos mayores [50 x 50 cm, 33 x 50 cm, 40 x 60 cm,..]