La separación de la piedra artificial obtenida usando el cemento como
conglomerante y la fabricada por aglomeración con resinas o cemento/resinas obedece a dos razones fundamentales:
- El muy diferente encuadramiento tecnológico de ambas familias de materiales rígidos modulares, con características físico-químicas en algunos casos muy diferentes
- La vinculación de los aglomerados de piedra natural con resinas a una colocación en capa delgada que, en unos casos, obliga a la selección de adhesivos cementosos con propiedades adicionales (fraguado rápido o deformabilidad) o adhesivos de resinas de reacción también deformables (de la familia del poliuretano), como consecuencia de inestabilidad dimensional por acción del agua o la temperatura o por otros comportamientos.
Además, en España disponemos de unas normas para los
conglomerados de piedra natural (baldosas de terrazo) y las baldosas de hormigón (losas y losetas) y de mortero (pavimento o mosaico hidráulico) y ninguna referencia técnica para una amplia gama de productos innovados, de gran difusión comercial en algunos casos, pero con características y comportamiento muy diferentes.
Sin embargo, esta situación cambiará en breve al estar en fase de aprobación y publicación un paquete de normas que pretenden cubrir todos los materiales pétreos aglomerados con el cemento, resinas o una mezcla de ambos, considerando unas características comunes para todos ellos y nuevos métodos de ensayo para su evaluación, especialmente para las nuevas características tradicionales (absorción de agua, resistencia al impacto, dimensiones,...)
La norma define las
piedras aglomeradas (agglomerated stones) como productos manufacturados en proceso industrial a partir de una mezcla de
agregados (como subproductos o derivados de la piedra natural), aditivos y adiciones, y el ligante o
aglomerante. El
aglomerante puede ser resina, cemento hidráulico o una mezcla de ambos (en porcentajes diversos). Los productos se fabrican en bloques o losas, que pueden transformarse en placas acabadas, baldosas, encimeras y elementos similares. Bajo el término “piedras aglomeradas” se engloban elementos arquitectónicos, complementarios a los productos de recubrimiento (en solados y revestimientos) obtenidos con técnicas de moldeo, susceptibles de ser cortados o no posteriormente. La tecnología de la “piedra aglomerada” es compatible con la aplicación posterior sobre los productos de tratamientos químicos con fines determinados, por ejemplo para anular su porosidad abierta (imprimaciones de impermeabilización).
La traducción casi literal de la definición de la piedra aglomerada en EN 14618 deja vislumbrar la voluntad de los fabricantes para alcanzar un encuadramiento tecnológico unitario para todos los materiales que comparten la misma tecnología de proceso: agregar materiales pétreos de diferente tamaño de grano (desde décimas de milímetro hasta varias decenas de milímetros) con un
aglomerante que, tras un proceso de maduración-endurecimiento, otorga la rigidez y las características mecánicas irreversibles del producto final. Tiene la voluntad además de abarcar el mayor número posible de productos para ofrecer soluciones constructivas integrales.
Bajo esa óptica, el conjunto normativo elaborado por el Comité Técnico CEN/TC 246 “Piedras Naturales”, bajo Secretaría de UNI (Italia), y pendiente de aprobación definitiva, debiera abarcar el terrazo; baldosas, losas y losetas de hormigón; aglomerados con resinas y productos similares, asimilando las normas correspondientes. Veremos que la realidad está todavía lejos de alcanzar ese objetivo.
Vd. puede consultar la documentación que aportamos sobre estos materiales, desglosada en: