Dos características de la baldosa cerámica condicionan la modalidad de colocación por adherencia directa:
- La capacidad de absorción de agua [E en % según EN 14411], ya que de ella y la microrrugosidad superficial dependen el anclaje de los hidratos de cemento de los morteros de cemento o cemento y cal, también de los adhesivos cementosos con bajo contenido en resinas poliméricas. En baldosas muy porosas también se puede comprometer la adherencia por incompleta hidratación del cemento, al absorber el cuerpo cerámico el agua necesaria para la maduración del mortero o el adhesivo cementoso sin retenedores de agua (los llamados "cementos-cola" o adhesivos cementosos sólo aptos para interiores).
- La superficie de la baldosa, deducida del formato, por las tensiones de cizalladura que pueden generarse tras el endurecimiento del material de agarre, por oscilaciones térmicas y/o de humedad en las baldosas o por inestabilidad dimensional del soporte. En morteros de cemento y adhesivos con un bajo contenido en resinas poliméricas, esas tensiones de cizalladura pueden llevar a la rotura de la unión adhesiva. Cuanto mayor sea la superficie, mayores serán esas tensiones en el perímetro de la baldosa. Además, en la colocación en capa delgada con adhesivos de resinas en dispersión [los D 1 y D 2 de la norma EN 12004], las baldosas de gran superficie dificultan la evaporación del agua y/o disolvente, imposibilitando la completa maduración del adhesivo en el tiempo previsto por el fabricante.
De estas dos características depende la selección de la técnica de colocación: capa gruesa con mortero de cemento y/o cal o capa delgada con adhesivo, condicionando en este último caso la selección del tipo de adhesivo. Si Vd. precisa información más detallada puede consultar el documento
La baldosa cerámica y la colocación.
También deben tomarse en cuenta otras características de la baldosa, en correlación con su destino, con el fin de asegurar su durabilidad y evitar la pérdida de aspecto mediante una correcta selección de los materiales y la técnica de colocación:
- El coeficiente de expansión por humedad, especialmente en baldosas muy porosas y esmaltadas [BIII GL ó AIII GL según EN 14411], respecto a la aparición del cuarteo diferido si el vidriado se somete a tracción por compresión del soporte a, causa de la superposición de la retracción de los conglomerados de cemento y el aumento de volumen de la baldosa por el agua y la humedad. En esta situación, el recurso a los adhesivos cementosos deformables puede ser una buena medida preventiva.
- La formación de eflorescencias por aportación de sales solubles a la superficie de la baldosa porosa sin esmaltar o la destrucción de la interfaz soporte/vidriado si esas sales cristalizan en ella, en baldosas también porosas y esmaltadas, en recubrimientos sometidos a la acción del agua y la humedad desde los soportes. En este caso, la impermeabilización de la superficie de colocación y la colocación con adhesivo son soluciones preventivas.
Vd. puede acceder al
cuestionario de ayuda, para obtener la recomendación precisa sobre los materiales y la técnica de colocación.