Esa adaptación, como antídoto de la inestabilidad, pasa por la imprescindible adopción de juntas altamente deformables o elásticas, que puedan absorber las tensiones de cizalladura, tracción y compresión que se generan en el recubrimiento rígido.
Las juntas de movimiento son tan importantes como la selección del material de agarre o la misma solución constructiva adoptada en función del soporte, las condiciones ambientales o las exigencias de uso del recubrimiento.
Las
juntas de movimiento son interrupciones del recubrimiento rígido modular que involucran normalmente a la entera sección del sistema pluriestrato y que están rellenados con un material permanentemente deformable y selladas en superficie con un material elástico en un intervalo de longitud.
En los recubrimientos se les llama así para subrayar su especificidad respecto a otras denominaciones empleadas en el sector de la construcción (juntas de dilatación, juntas de unión, juntas de hormigonado, juntas de control,…).
Se les asigna la función genérica de absorber o amortiguar las tensiones del sistema de recubrimiento, consecuencia de esfuerzos de cizalladura, compresión o tracción, de origen interno o externo a aquél.
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